martes, 26 de marzo de 2013

Galletitas de fresas y vainilla

Hoy, no traigo ideas originales... Sorry... Para mí, la cocina, a parte de un hobbie, una necesidad de saciar mi sed de curiosidad, es un aprendizaje continuo. Pido perdón de antemano si a alguien le molesta que haga y luego publique sus recetas, pero lo hago con la sana intención de aprender y hacer cosas nuevas, y siempre desde un sincero respeto desde el cual, jamás de los jamases copio textos o fotos.
Es temporada de fresas, para el que no se esté al día... que salga al mercado, porque esa maravillosa fruta, esa delicia, lo llena. Y a mí, una amante incondicional de las fresas, qué me vais a contar: con mascarpone, con yogur, con plátano, en batido, con leche condensada, con nata, con azúcar, con miel, con cacao, con canela... de diez mil formas. Y por supuesto, mañana toca hacer otra remesa de riquísima mermelada. Cuando vi esta receta en el blog de Gastronomía y cía, tuve que aprovecharla, con un excelente resultado... Dios qué ricas... Aquí os dejo el enlace directo para que podáis echarle un vistazo.

http://www.gastronomiaycia.com/2013/02/14/hoy-cocinas-tu-galletas-de-fresas-con-vainilla/




GALLETAS DE FRESA Y VAINILLA
Ingredientes para aproximadamente 20 galletas:
- 220 g de harina de trigo
- 100 g de mantequilla
- 70 g de azúcar
- 2 huevos de gallina campera
- 5 fresas
- 60 de copos de avena
- 2 cucharaditas de azúcar avainillado


Elaboración:
Precalentamos el horno a 180º.
Pasamos la harina por un colador y la ponemos en un bol junto con el azúcar, la avena y el azúcar avainillado. Mezclamos.
Batimos la mantequilla a temperatura ambiente y agregamos a la mezcla anterior. Batimos los huevos y también los añadimos. Lavamos y cortamos las fresas a pedazos pequeñitos añadiéndolo a la mezcla y ponemos pequeñas cucharadas sobre papel sulfurizado. 
Se hornean unos 20 minutos o hasta que veamos que estén en su punto.
Dejar enfriar sobre una rejilla de dos a tres horas para evitar que se queden blandas.


lunes, 18 de marzo de 2013

El solomillo de Isabel la Católica y revisionando La Fuente de la Vida


Otra de mis películas favoritas, junto con Amélie. Vi esta película en el que era mi piso de alquiler, en una época de mi vida en la que me estaba adaptando a cambios e intentando conocerme a mí misma con escaso éxito. El que entonces era mi pareja, se quedó dormido, así que me quedé viéndola sola. No os ha pasado que ciertas películas os han cambiado? A mí sí, en concreto: Amélie, La Fuente de la Vida, La chispa de la vida y La Vida de Pi. Luego tengo otras que me ayudan en otros aspectos como: El Señor de los Anillos, Dentro del Laberinto y Camino. Variadito como podéis ver.
Al grano. Recuerdo que alquilamos la película, y cuando fuimos a verla, los dos nos moríamos de sueño. La diferencia fue que yo, fui enderezándome en el sofá y acabó por hechizándome, hasta tal punto de darle muchas vueltas a ciertas partes de la película.


La última vez que la vi, fue en el principio del fin de un capítulo largo y agridulce de mi vida. Pasé la Nochebuena sola, y aún a día de hoy sigo dándole vueltas a por qué. Así que mi plan fue: pizza, copa de tinto y esta película en versión original. En medio de mi desasosiego interior, logré quedarme dormida en paz. 
Mi plato está basado en Isabel la Católica. Era una mujer sumamente inteligente, y estoy segura de ello. Tan inteligente como para aprovechar lo que los musulmanes aportaban para su beneficio. En este caso: canela, clavo, pimienta... y frutos secos, combinados con un delicioso y tierno solomillo de cerdo.
Y aquí os dejo la pregunta: SI CONSIGUIÉRAMOS ENCONTRAR A LA PERSONA QUE ANHELAMOS, QUÉ SERÍAMOS CAPACES DE HACER POR NO SEPARARNOS DE ELLA...





Y sin más dilación os dejo con lo que el recuerdo de esta película me inspiró: una carne tierna, acompañada por una salsa dulce.

EL SOLOMILLO DE ISABEL:
Ingredientes para dos personas:
-1 solomillo de cerdo cortado en trozos de dos centímetros
- 10 nueces
- 5 almendras crudas
- 4 dátiles deshuesados
- 10 pasas moscatel sin hueso
- 4 ciruelas pasas
- 4 orejones
- 1 cebolla pequeña
- 200ml de nata
- 1 vaso se mistela o vino dulce
- 3 clavos de olor
- media rama de canela
- 5 granos de pimienta negra 
- Aceite de oliva
- Sal
- Vaso y medio de arroz integral
- Agua



Elaboración:
En una sartén tipo wok, sofreímos los tacos de solomillo hasta que se queden blancos. De ningún modo tostar la carne; retiramos. Cogemos todos los frutos secos y los sofreímos durante cuatro o cinco minutos a fuego vivo utilizando el mismo aceite en el wok. Retiramos. Picamos la cebolla muy muy fina, a ser posible con triturador y añadimos al wok. Debido a los restos que pueden haber dejado las ciruelas pasas y resto de frutos en el  aceite puede que se nos tome un color pardo. Cuando esté blanda, añadimos la canela, los clavos y la pimienta y dejamos sofreír un par de minutos más a fuego medio. Añadimos la mistela, y cuando el alcohol se haya evaporado, incorporamos el resto de ingredientes junto con la nata, dejando cocer a fuego medio unos veinte minutos o hasta que veamos que la salsa reduce.
De guarnición preparamos arroz integral. Ponemos a hervir tres vasos de agua con un poco de aceite y sal. Incorporamos el arroz, una vez lavador para eliminar el almidón. Retiramos y refrescamos una vez esté en su punto. Servir junto al solomillo.


domingo, 10 de marzo de 2013

La ensalada que se comería Amélie...

Sí, lo sé, estoy muuuuy desaparecida, lo cuál tiene su parte buena y su parte mala... La parte buena, es que cuando desaparezco suelo ir a Andalucía y degustar esas maravillas culinarias de esa tierra, ole ole y ole ese pescaíto frito! esas tortillitas de camarón! ese cazón! esos andaluces altos de planta morena y ojos negros!
Se están produciendo muchos cambios en mi vida últimamente y hay que ir dejando que sienten los posos; que las cosas se calmen, y seguir hacia delante, luchando. Nunca hay que dejar de luchar y seguir peleando por lo que queremos.
Voy a confesar una manía muy muy particular, sabéis cómo me tomo yo el "colacao"?? Bueno, cabe añadir, que yo nunca tomo esa marca... Ahí va, y que conste que es algo muy personal, que ha dejado boquiabiertos por las peripecias que hago... entre ellos a mi compi Toni y mi director, que en multitud de ocasiones, me han mirado como si un extraterrestre de esos de piel grisácea y piel de sapo estuviese desayunando con ellos. Pues veréis, yo echo los polvitos de cacao, y dejo que se posen en el fondo y una vez están reposando y la leche tiene un ligero tono, me bebo la leche y me como a cucharadas y lametazos el chocolate que queda en el fondo... Eso para empezar deja boquiabierto a casi todo el mundo y lo más raro es que esas motas que se quedan flotando, yo no dejo que floten, me peleo con la leche y las cazo con la cuchara para "comérmelas"... A qué viene esto? sencillo, dejo que todo se calme y luego saboreo, lo que me quede dulce... Esa es mi filosofía, y no me va nada mal.



Bueno, al grano. Tara, propuso para este mes, realizar un plato que  nosotros liguemos a una película... y cómo no... la mía, es La fabuleux historie d'Amélie Poulain... Una de mis películas favoritas... aquí os dejo un par de vídeos: 
 Esta película cambió mi vida. Me hizo ver, que todo puede ser del color que nosotros lo pintemos, que la felicidad, está realmente en esas pequeñas cosas que a priori no apreciamos... Que todo es posible, si no dejamos de soñar. Así que empecé a pensar en qué comería Amélie... Lo supe, una ensalada llena de colores y sabor... acompañada, por supuesto por un queso francés... Así, imagino yo a Amélie, una muchacha llena de texturas y sabores, que cree en la magia


ENSALADA AMÉLIE:
- 1/4 de lechuga de roble
- 10 tomates cherry
- 10 olivas negras marroquíes aliñadas sin hueso
- Un puñado de piñones
-Queso camembert


Elaboración:
Se coloca el camembert en un recipiente apto para hondo y se realiza unos cortes, en mi caso ocho, como para cortar en porciones pero sin llegar a cortar la porción entera. Se introduce al horno a 230º C un cuarto de hora con el fuego arriba y abajo.
Picamos la lechuga de roble y la colocamos alrededor del plato. Añadimos los tomates cherry cortados por la mitad, las olivas y los piñones que previamente tostaremos.
Cuando tengamos el queso que ya esté empezando a derretirse, se coloca en el centro, se aliña con un buen aceite de oliva y se disfruta mezclando los sabores...
Bon appétit!